"Han pasado más de cuarenta años y, salvo alguna incursión en la música disco, apenas han cambiado la fórmula: los Stones siguen siendo un grupo festivo. Es solo rock'n'roll. Uno se pregunta si aún les remorderá la conciencia por el fiasco de Altamont, si recordarán su candidez, lo convencidos que estaban de su poder y la forma tan horrible en que ese convencimiento les estalló finalmente en la cara, mientras las palabras inútiles y patéticas de Jagger resonaban temblorosas por megafonía: "Hermanas y hermanos, ¿por qué tenemos que pelearnos?"
Bob Stanley, "Yeah yeah yeah" La historia del pop moderno", 2015
Too bad after all, my generation was just a bunch of assholes.
ResponderEliminarMuy buenas, pesaroso mister Troll.
ResponderEliminarHay que recordar que la juventud es, entre otras cosas, una época de mucha credulidad: por entonces la vida no nos había dado aún los palos suficientes como para empezar a comprenderla. No tantos como los que llevan los jóvenes de hoy en día, por ejemplo.
Estamos de acuerdo en que nuestra generación fue demasiado crédula en su juventud, y también es cierto que hubo mucho idiota. Pero la cosa tiene su lógica: fue la única en mucho tiempo (tras dos guerras mundiales, por resumir) que creyó ver –y así parecía- que algunas cosas podían mejorar. La juventud más inquieta, más "concienciada", deseaba con todas sus fuerzas que eso fuese verdad. Había un halo de bondad a la que ahora, cínicamente, podemos llamar estupidez, pero porque tenemos la edad que tenemos. Y en cualquier caso, que nos quiten lo bailado. La “realidad” a sopapo limpio que llevan ahora los chavales tampoco me parece muy terapéutica, que digamos.
'Sympathy...' es un temazo de los Stones que no envejece. En cuanto al triste suceso de Altamont, muchas veces suele usarse como hito del cambio de mentalidad, o de época, así como se han usado el crimen de la familia Manson o el asesinato de Luther King. En realidad, todos esos cambios son graduales, pero ese tipo de hechos tienen su utilidad en el relato de los tiempos.
ResponderEliminarLuego está la imagen de los propios Rolling Stones en aquellos tiempos, que es otro tema; imagen de revolucionarios sociales, para muchos seguidores. Hoy suena a excesiva credulidad, y más si hablamos de ese grupo en particular. Pero, como en todo, hay que contextualizarlo para entenderlo.
Para mí, que no tengo a los Stones entre mis bandas preferidas, esta canción es una de mis diez o doce inobjetables. Y has citado justo los tres sucesos que con mayor impacto "mediático" nos fueron convenciendo de que la realidad no era ni de lejos tan maravillosa como parecía; luego, para redondear la desilusión, llegaron las muertes de "las tres jotas", que significaron algo así como los clavos en la tumba de los felices años sesenta.
ResponderEliminarEn cuanto a la imagen, resulta un poco sarcástico que una banda como los Stones, que pocos años antes hacían gala de su displicencia hacia la raza humana, su cinismo actoral, pareciesen abducidos de pronto por buena nueva de la paz y las flores: ya antes su intento de sumarse al pelotón psicodélico resultó un poco ridículo. En fin, pronto volvieron a su ser, de grado o a la fuerza. De hecho, lo que estaban grabando en esta época ya no cuadraba con esa pose.