Pues siguiendo con lo de 'clásicos', éste es indiscutiblemente uno de los míos. Y de media España, por cierto, porque este tema no envejece y ha atravesado generaciones. Si regentara un bar, desde luego no dejaría de tenerlo en la recámara; solo quedaría buscar el momento adecuado de la tarde o la noche para ponerlo. Es todo un brindis, un homenaje genuino al rock, una canción que une y lleva al compadreo a todos los que sentimos los colores y pertenecemos al club. Hala, ya he soltado la cursilería de turno... Pero qué narices, tengo el Sultans de fondo y soy humano. Otra cosa es que el grupo no igualara esto en toda su carrera. Y vaya por delante que esto no es una crítica, porque Dire Straits fueron un grupazo y sería muy injusto decir que lo que vino después fue peor. En absoluto: luego llegaron también muy buenas canciones. Simplemente, que tocó que la más famosa - y la que a casi todos más nos gusta - llegase en su debut. Has elegido una versión en directo muy buena y fiel a la de estudio. La versión de estudio es la que más escucho pero, de tanto en tanto (por eso de no quemarla) me pongo la versión en directo del Alchemy... Sé que no eres muy fan de los directos, pero no me negarás que la del Alchemy es una versión impresionante, con un solo de guitarra y una progresión que pone los pelos como escarpias.
Hola, David. Tengo que agradecerte dos comentarios, y además muy sabrosos, por lo que me apresuro a contestar. Aunque me temo que hoy no vamos a coincidir en casi nada… pero no pretendo parecer beligerante ni mucho menos: simplemente, el asunto Dire Straits es uno de los que mejor delata la “brecha generacional” que nos separa. O tal vez una “brecha de carácter”, no sé (ah, la versión es de la serie Old Grey Whistle Test, lo más fiable que hay en esa época. Ya he puesto alguna más, de los Talking Heads, por ejemplo).
Para los de mi generación y anteriores, los primeros Dire Straits son la quintaesencia, la síntesis gloriosa de un estilo tan humilde, tan hogareño, tan “London town” como es el pub rock. Y hay que agradecerle a Muff Winwood (el hermano de Steve) que supiese verlo sin la menor duda: la producción de ese primer disco es cálida, acogedora, cercana, tan familiar como la materia que está moldeando. Piensa en las canciones que se incluyen en ese primer disco, y cómo suenan: “Southbound again” o “Water of love”, por ejemplo. Es música americana al estilo polvoriento de un J.J. Cale, cuya influencia es innegable.
Pero el éxito arrasador los descentra; sobre todo a Knopfler, que tal vez pensaba en vivir de la profesión pero sin grandes alegrías. Y de pronto se encuentra con la necesidad de grabar regularmente, de crear nuevo repertorio, en un estilo que no da para mucho más. ¿Qué solución le queda? Desvirtuarlo, pasarse al pop: esa es la salida que ofrece “Communiqué”, su segundo disco. En el cual, por supuesto, ya no hay sitio para Winwood: Wexler y Beckett, nada menos. O sea, la Atlantic y Muscle Shoals. A lo grande.
Y a partir de ahí, la estrategia está cantada: números uno mundiales, galácticos, a base de una música para todos los públicos que cada vez se acerca más al sonido ambiental (ideal para películas, claro) y que por supuesto ha abandonado totalmente las humildes premisas de las que partió. No tengo nada contra eso, que conste: cada uno que haga lo que quiera, y nosotros a continuación decidiremos si los seguimos o no. La mayoría de nosotros abandonamos a los Straits entre el segundo y el tercer disco, que no fue más que la confirmación de lo que ya nos suponíamos. Pero esto es una simple opinión, que conste. En cuanto a tu segundo comentario…
No creas, comprendo y respeto tu opinión. Lo de la brecha generacional no lo discuto; vosotros pudisteis ver llegar el primer disco de DS y descubrir desde el comienzo esas influencias, mientras que yo escuché antes Dire Straits que, por ejemplo, el mismísimo Dylan, por no hablar de J.J. Cale. Siguiéndoles desde el comienzo, pudisteis sufrir esa decepción tan natural, y no es la primera vez que oigo esta crítica, pues a fin de cuentas la propia carrera de Knopfler y sus seguidores en las últimas décadas, para qué engañarnos... puede llegar a todo el mundo pero hay un 'target' en particular, tan respetable como cualquier otro: gente de mediana edad quizás no tan purista con las fuentes originales. En cuanto al target particular del Knopfler más maduro, que vuelve al pub estilo irlandés, éste coincide casi perfectamente con el target del último Clapton, pese a todas las diferencias entre estos músicos.
Eso es muy respetable, como digo, y bien pudiera ser que alguien guste de cualquier etapa de este grupo por igual, aunque me expliqué mal en el primer comentario: realmente yo no considero que todas las etapas de Dire Straits valgan lo mismo. Simplemente, al mencionar que el resto de su carrera no superó a esta canción quise corregir un poco mi atrevimiento. O sea que en eso en concreto estamos de acuerdo, pero otra cosa es cómo podamos disfrutar cada cual de lo que vino después.
El primer álbum es muy disfrutable y variado desde el primer tema. Ya solo por algunos de sus 'tracks' podría decir que me quedaría con éste. No conocía los entresijos ni el asunto de las discográficas que vino después. Muy interesante. El segundo álbum no inventa nada nuevo, aunque me gusta. Y sí, ni ''Once Upon a Time in the West'' es ''Down to the waterline'', ni ''Lady writer'' es ''Sultans of swing'', aunque todas ellas son buenas canciones, se mantiene el nivel. Luego viene el 'Making Movies', que no me va porque - y esto es personal - tengo una manía especial a un par de sus temas más famosos, un poco pastelosos para mi y muy sonados. 'Love Over God', sin embargo, creo que para bien o para mal aporta algo nuevo. Aquí entra de verdad el pop que comentabas. Rescato 'Private investigations', que está entre mis preferidas de esta etapa, quizás sobre todo en su versión el Alchemy. Y después llega el que quizás sea el álbum más sonado de Dire Straits: 'Brothers in arms'. Un álbum de hits, carne de setlist de los futuros conciertos. Para mi, son canciones muy buenas, aunque para escuchar de tanto en tanto, porque a diferencia del 'Sultans of swing', que no me cansaría ni escuchándolo todos los días, 'Walk of life' o 'So far away' sí me pueden llegar a saturar. Prueba constatable de que hay algunas canciones que por mucho que suenen en la radio o los bares pueden seguir enganchando, y otras en cambio cansan más rápido y hace falta, como digo yo, ponerlas en 'cuarentena'. Perdón por el rollo, no te he contado nada que no sepas. Yo, en cambio, sí he aprendido cosas que no sabía sobre estos músicos. Más allá de escucharles o ver sus vídeos, nunca me había metido a investigar apenas sobre ellos, la verdad.
Es lo bueno y lo malo que tiene vivir las novedades en tiempo real: por una parte todo resulta mucho más coherente, pero por otra se “subjetiviza” mucho. Quiero decir que a veces la desilusión por un cambio de rumbo nos impedía valorar las nuevas obras con imparcialidad. Yo noto que tengo ese fallo al escuchar los grupos más recientes que voy descubriendo: comparo lo que yo percibo con los comentarios de gente que ha escuchado cada disco en su momento y noto que hay un desfase de apreciación. Pero en fin, con el paso del tiempo todo se va nivelando.
Es lógico que Knopfler o un Clapton vuelvan a las raíces y se queden ahí, ya que ninguno de los dos es particularmente creativo: son muy buenos ejecutantes, pero no tienen la genialidad de un Jeff Beck, por ejemplo.
En fin, que tampoco le vamos a dar muchas vueltas a este tipo de asuntos: cada uno percibe lo que percibe en su momento, y esa es la grandeza de un arte. Que no hay dos receptores iguales.
… Y hook, y feeling, y charm… en fin, que estamos ante una de esas raras maravillas que gustan a todo el mundo. No es algo muy frecuente, y esto nos lleva al asunto de los "clásicos" que hablábamos el otro día: cuando una canción, un libro, una obra artística del tipo que sea, concita semejante acuerdo, esa obra tiene un doble valor. Es grande por bien hecha y por cercana, sin pretensiones.
Genial canción. Sólo tiene un defecto: ha sido radiada tantas veces, la hemos sobado tanto, que puede resultar cansina. Defecto no achacable a la canción, por supuesto.
Al oír esta versión coincido con lo que comentábamos al conocerla: se aprecian toques de Dylan y de JJ Cale.
Ya , eso del desgaste le ha pasado a unas cuantas canciones: a día de hoy no sé si la escalera al cielo de los zepelines me gusta o la detesto. En cuanto a las influencias, totalmente de acuerdo: la de Cale es evidente, y la de Dylan, sobre todo en el tono de voz, también. En conjunto esta es una pieza muy americana, como casi toda la producción de los Straits.
Escuchando estos días diferentes versiones en directo de este tema y de otros de la banda, de distintas épocas, veo que Knopfler retomó la progresión del Alchemy, aunque acabando por interpretarla en un estilo más fluido, en sintonía con el original. El Alchemy, como buen directo espectacular, rompe los moldes rítmicos y remarca más los riffs, aunque pierde esa fluidez tan purista. ¿Qué versión es mejor? Me quedo con las dos.
Y por cierto, ¿conoce usted el 'Sailing to Philadelphia'? Es el álbum de Knopfler en solitario que más he escuchado, con joyitas como 'Silvertown blues'. ¿Qué opinas de este tema?
… He ido a escuchar ese supuesto “blues” y más o menos es lo que me esperaba: todo muy bien hecho, muy bien envuelto, muy “agradable”. Y no sé qué otra cosa decir. Lamento ser tan escueto. Ah, y he escuchado también el “Sultans…” de Alchemy. Muy espectacular todo. La guitarra mantiene el tipo bastante bien, pero esa batería heavy es muy reveladora. En fin, qué quieres que te diga, soy un pureta…
Bueno, no sea usted condescendiente con el 'Sailing to Philadelphia', critíquelo con ganas. Y perdóname la broma, ya imaginaba que no te fascinaría. A mi sin embargo me gusta ese disco, aunque no le llegue a los talones al tema que aquí nos ocupa. Es otra historia. En cuanto al Alchemy... ahí sí que no nos pondremos de acuerdo, esa versión en directo me gusta demasiado. Daría un ojo de la cara por haber estado en ese directo. Aunque la que has dejado aquí también me gusta, ya digo, mantiene ese swing, groove, etc... que Ángeles y usted han descrito tan bien.
No te preocupes, que no soy condescendiente ni nada: solo he escuchado el blues de marras porque me lo has sugerido tú. El resto del disco lo desconozco. Y sobre los directos ochenteros (no solo el de los Straits),lo primero que suele cabrearme es la batería: se nota que son bandas de estadio, de cientos de miles de espectadores, y eso hay que moverlo. A continuación coges el "Made in Japan" de Deep Purple y se nota la diferencia: ese es un directo "real", fresco, y eso que yo no soy mucho de los Purple.
Loa más curioso es que la voz principal es el de las guitarras y la armonía, por decirlo así, casi se puede decir que la pone la voz humana. Cierto que hay mucho de aquel rock de pub que se puso de moda en los 70 y la voz de Knofler tan dylaniana le dio ese toque mágico al tema. lo que vino después fue la instalación en cierto mainstream acogedor y bien remunerado, cositas para yuppies y adultos complacientes.
Las canciones como esta son pura melodía, y si aún encima hay un punteo en estado de gracia el placer se multiplica, claro. Luego ya llegamos al mainstream, efectivamente. En fin, son profesionales.
Pues siguiendo con lo de 'clásicos', éste es indiscutiblemente uno de los míos. Y de media España, por cierto, porque este tema no envejece y ha atravesado generaciones. Si regentara un bar, desde luego no dejaría de tenerlo en la recámara; solo quedaría buscar el momento adecuado de la tarde o la noche para ponerlo. Es todo un brindis, un homenaje genuino al rock, una canción que une y lleva al compadreo a todos los que sentimos los colores y pertenecemos al club. Hala, ya he soltado la cursilería de turno... Pero qué narices, tengo el Sultans de fondo y soy humano.
ResponderEliminarOtra cosa es que el grupo no igualara esto en toda su carrera. Y vaya por delante que esto no es una crítica, porque Dire Straits fueron un grupazo y sería muy injusto decir que lo que vino después fue peor. En absoluto: luego llegaron también muy buenas canciones. Simplemente, que tocó que la más famosa - y la que a casi todos más nos gusta - llegase en su debut. Has elegido una versión en directo muy buena y fiel a la de estudio. La versión de estudio es la que más escucho pero, de tanto en tanto (por eso de no quemarla) me pongo la versión en directo del Alchemy... Sé que no eres muy fan de los directos, pero no me negarás que la del Alchemy es una versión impresionante, con un solo de guitarra y una progresión que pone los pelos como escarpias.
Hola, David. Tengo que agradecerte dos comentarios, y además muy sabrosos, por lo que me apresuro a contestar. Aunque me temo que hoy no vamos a coincidir en casi nada… pero no pretendo parecer beligerante ni mucho menos: simplemente, el asunto Dire Straits es uno de los que mejor delata la “brecha generacional” que nos separa. O tal vez una “brecha de carácter”, no sé (ah, la versión es de la serie Old Grey Whistle Test, lo más fiable que hay en esa época. Ya he puesto alguna más, de los Talking Heads, por ejemplo).
EliminarPara los de mi generación y anteriores, los primeros Dire Straits son la quintaesencia, la síntesis gloriosa de un estilo tan humilde, tan hogareño, tan “London town” como es el pub rock. Y hay que agradecerle a Muff Winwood (el hermano de Steve) que supiese verlo sin la menor duda: la producción de ese primer disco es cálida, acogedora, cercana, tan familiar como la materia que está moldeando. Piensa en las canciones que se incluyen en ese primer disco, y cómo suenan: “Southbound again” o “Water of love”, por ejemplo. Es música americana al estilo polvoriento de un J.J. Cale, cuya influencia es innegable.
Pero el éxito arrasador los descentra; sobre todo a Knopfler, que tal vez pensaba en vivir de la profesión pero sin grandes alegrías. Y de pronto se encuentra con la necesidad de grabar regularmente, de crear nuevo repertorio, en un estilo que no da para mucho más. ¿Qué solución le queda? Desvirtuarlo, pasarse al pop: esa es la salida que ofrece “Communiqué”, su segundo disco. En el cual, por supuesto, ya no hay sitio para Winwood: Wexler y Beckett, nada menos. O sea, la Atlantic y Muscle Shoals. A lo grande.
Y a partir de ahí, la estrategia está cantada: números uno mundiales, galácticos, a base de una música para todos los públicos que cada vez se acerca más al sonido ambiental (ideal para películas, claro) y que por supuesto ha abandonado totalmente las humildes premisas de las que partió. No tengo nada contra eso, que conste: cada uno que haga lo que quiera, y nosotros a continuación decidiremos si los seguimos o no. La mayoría de nosotros abandonamos a los Straits entre el segundo y el tercer disco, que no fue más que la confirmación de lo que ya nos suponíamos. Pero esto es una simple opinión, que conste. En cuanto a tu segundo comentario…
No creas, comprendo y respeto tu opinión. Lo de la brecha generacional no lo discuto; vosotros pudisteis ver llegar el primer disco de DS y descubrir desde el comienzo esas influencias, mientras que yo escuché antes Dire Straits que, por ejemplo, el mismísimo Dylan, por no hablar de J.J. Cale. Siguiéndoles desde el comienzo, pudisteis sufrir esa decepción tan natural, y no es la primera vez que oigo esta crítica, pues a fin de cuentas la propia carrera de Knopfler y sus seguidores en las últimas décadas, para qué engañarnos... puede llegar a todo el mundo pero hay un 'target' en particular, tan respetable como cualquier otro: gente de mediana edad quizás no tan purista con las fuentes originales. En cuanto al target particular del Knopfler más maduro, que vuelve al pub estilo irlandés, éste coincide casi perfectamente con el target del último Clapton, pese a todas las diferencias entre estos músicos.
EliminarEso es muy respetable, como digo, y bien pudiera ser que alguien guste de cualquier etapa de este grupo por igual, aunque me expliqué mal en el primer comentario: realmente yo no considero que todas las etapas de Dire Straits valgan lo mismo. Simplemente, al mencionar que el resto de su carrera no superó a esta canción quise corregir un poco mi atrevimiento. O sea que en eso en concreto estamos de acuerdo, pero otra cosa es cómo podamos disfrutar cada cual de lo que vino después.
El primer álbum es muy disfrutable y variado desde el primer tema. Ya solo por algunos de sus 'tracks' podría decir que me quedaría con éste. No conocía los entresijos ni el asunto de las discográficas que vino después. Muy interesante. El segundo álbum no inventa nada nuevo, aunque me gusta. Y sí, ni ''Once Upon a Time in the West'' es ''Down to the waterline'', ni ''Lady writer'' es ''Sultans of swing'', aunque todas ellas son buenas canciones, se mantiene el nivel.
Luego viene el 'Making Movies', que no me va porque - y esto es personal - tengo una manía especial a un par de sus temas más famosos, un poco pastelosos para mi y muy sonados.
'Love Over God', sin embargo, creo que para bien o para mal aporta algo nuevo. Aquí entra de verdad el pop que comentabas. Rescato 'Private investigations', que está entre mis preferidas de esta etapa, quizás sobre todo en su versión el Alchemy.
Y después llega el que quizás sea el álbum más sonado de Dire Straits: 'Brothers in arms'. Un álbum de hits, carne de setlist de los futuros conciertos. Para mi, son canciones muy buenas, aunque para escuchar de tanto en tanto, porque a diferencia del 'Sultans of swing', que no me cansaría ni escuchándolo todos los días, 'Walk of life' o 'So far away' sí me pueden llegar a saturar. Prueba constatable de que hay algunas canciones que por mucho que suenen en la radio o los bares pueden seguir enganchando, y otras en cambio cansan más rápido y hace falta, como digo yo, ponerlas en 'cuarentena'.
Perdón por el rollo, no te he contado nada que no sepas. Yo, en cambio, sí he aprendido cosas que no sabía sobre estos músicos. Más allá de escucharles o ver sus vídeos, nunca me había metido a investigar apenas sobre ellos, la verdad.
Es lo bueno y lo malo que tiene vivir las novedades en tiempo real: por una parte todo resulta mucho más coherente, pero por otra se “subjetiviza” mucho. Quiero decir que a veces la desilusión por un cambio de rumbo nos impedía valorar las nuevas obras con imparcialidad. Yo noto que tengo ese fallo al escuchar los grupos más recientes que voy descubriendo: comparo lo que yo percibo con los comentarios de gente que ha escuchado cada disco en su momento y noto que hay un desfase de apreciación. Pero en fin, con el paso del tiempo todo se va nivelando.
EliminarEs lógico que Knopfler o un Clapton vuelvan a las raíces y se queden ahí, ya que ninguno de los dos es particularmente creativo: son muy buenos ejecutantes, pero no tienen la genialidad de un Jeff Beck, por ejemplo.
En fin, que tampoco le vamos a dar muchas vueltas a este tipo de asuntos: cada uno percibe lo que percibe en su momento, y esa es la grandeza de un arte. Que no hay dos receptores iguales.
Qué canción más chula. Tiene swing, groove y flow, ¿a que sí? :D
ResponderEliminar… Y hook, y feeling, y charm… en fin, que estamos ante una de esas raras maravillas que gustan a todo el mundo. No es algo muy frecuente, y esto nos lleva al asunto de los "clásicos" que hablábamos el otro día: cuando una canción, un libro, una obra artística del tipo que sea, concita semejante acuerdo, esa obra tiene un doble valor. Es grande por bien hecha y por cercana, sin pretensiones.
EliminarGenial canción. Sólo tiene un defecto: ha sido radiada tantas veces, la hemos sobado tanto, que puede resultar cansina. Defecto no achacable a la canción, por supuesto.
ResponderEliminarAl oír esta versión coincido con lo que comentábamos al conocerla: se aprecian toques de Dylan y de JJ Cale.
Saúde.
Ya , eso del desgaste le ha pasado a unas cuantas canciones: a día de hoy no sé si la escalera al cielo de los zepelines me gusta o la detesto. En cuanto a las influencias, totalmente de acuerdo: la de Cale es evidente, y la de Dylan, sobre todo en el tono de voz, también. En conjunto esta es una pieza muy americana, como casi toda la producción de los Straits.
EliminarEscuchando estos días diferentes versiones en directo de este tema y de otros de la banda, de distintas épocas, veo que Knopfler retomó la progresión del Alchemy, aunque acabando por interpretarla en un estilo más fluido, en sintonía con el original. El Alchemy, como buen directo espectacular, rompe los moldes rítmicos y remarca más los riffs, aunque pierde esa fluidez tan purista. ¿Qué versión es mejor? Me quedo con las dos.
ResponderEliminarY por cierto, ¿conoce usted el 'Sailing to Philadelphia'? Es el álbum de Knopfler en solitario que más he escuchado, con joyitas como 'Silvertown blues'. ¿Qué opinas de este tema?
… He ido a escuchar ese supuesto “blues” y más o menos es lo que me esperaba: todo muy bien hecho, muy bien envuelto, muy “agradable”. Y no sé qué otra cosa decir. Lamento ser tan escueto. Ah, y he escuchado también el “Sultans…” de Alchemy. Muy espectacular todo. La guitarra mantiene el tipo bastante bien, pero esa batería heavy es muy reveladora. En fin, qué quieres que te diga, soy un pureta…
EliminarBueno, no sea usted condescendiente con el 'Sailing to Philadelphia', critíquelo con ganas. Y perdóname la broma, ya imaginaba que no te fascinaría. A mi sin embargo me gusta ese disco, aunque no le llegue a los talones al tema que aquí nos ocupa. Es otra historia.
EliminarEn cuanto al Alchemy... ahí sí que no nos pondremos de acuerdo, esa versión en directo me gusta demasiado. Daría un ojo de la cara por haber estado en ese directo. Aunque la que has dejado aquí también me gusta, ya digo, mantiene ese swing, groove, etc... que Ángeles y usted han descrito tan bien.
No te preocupes, que no soy condescendiente ni nada: solo he escuchado el blues de marras porque me lo has sugerido tú. El resto del disco lo desconozco. Y sobre los directos ochenteros (no solo el de los Straits),lo primero que suele cabrearme es la batería: se nota que son bandas de estadio, de cientos de miles de espectadores, y eso hay que moverlo. A continuación coges el "Made in Japan" de Deep Purple y se nota la diferencia: ese es un directo "real", fresco, y eso que yo no soy mucho de los Purple.
EliminarLoa más curioso es que la voz principal es el de las guitarras y la armonía, por decirlo así, casi se puede decir que la pone la voz humana. Cierto que hay mucho de aquel rock de pub que se puso de moda en los 70 y la voz de Knofler tan dylaniana le dio ese toque mágico al tema.
ResponderEliminarlo que vino después fue la instalación en cierto mainstream acogedor y bien remunerado, cositas para yuppies y adultos complacientes.
Las canciones como esta son pura melodía, y si aún encima hay un punteo en estado de gracia el placer se multiplica, claro. Luego ya llegamos al mainstream, efectivamente. En fin, son profesionales.
EliminarCoincido en todo con Luis Congrio. Así que no me repetiré.
ResponderEliminarSaludossssss
Muy sucinto, mister Bab: saludos a ti también, y cuidado con los desembarcos.
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