Tiene la elegancia de un cisne... Negro. Y su rostro parece arrojarse al abismo, aunque ese movimiento epileptoide distorsiona un poco ese aire de gravedad que emana el cantante, lo cual no quiere decir que el baile no me haya gustado... Yo diría que me ha gustado incluso más que la canción :)
Másque de gravedad yo diría que hay un cierto grado de desesperación en su cara. La corta vida del enfermizo Ian Curtis fue cualquier cosa menos alegre, y eso se nota; de hecho ese baile puede ser tan baile como reflejo de su enfermedad. Y la canción, las canciones de Joy Division...Bueno, ya sabes, todo va a gustos, pero para mucha gente estamos ante una de las grandes bandas de finales de los años 70.
Y tan caro... Tengo un buen amigo que es incondicional de Joy Division desde jovenzuelo y siempre me ha hablado del grupo. Me regaló el libro de Peter Hook (Unknown Pleasures) y aunque no soy fan, algunas canciones me gustan mucho y la historia del grupo -y la de Ian Curtis- me parece muy interesante.
Bien por tu amigo. Reconozco que a veces los Division se hacen un poco depresivos de más, pero es lógico teniendo en cuenta lo que había ahí. La historia de Curtis es un horror, y más tarde o más temprano tenía que saltar a la pantalla; el miedo era que nos vendiesen otro biopìc pastelero, que es lo más frecuente, pero no: esta vez hubo suerte y la película es bastante real, ajustada a los hechos y no excesivamente carroñera. Sabían a qué tipo de público se estaban dirigiendo.
Ian Curtis pagó caro su atrevimiento y no voy a jugar con el supuesto esteticismo de la muerte para afirmar una vez más su grandeza. En el pop sobran mártires de la estética y faltan creadores de verdad como podría haber sido él.
El pobre era antes una víctima que cualquier otra cosa. Su enfermedad estaba diagnosticada, así que en este caso no hay pose que valga. Y aunque su período de brillo fue muy corto, Joy Division han dejado dos discos grandes y algunos singles realmente notables. No se puede pedir más.
Aquí ya digo, no hay poses: Curtis era un enfermo. Y yo tampoco soy fan de los músicos depresivos, autodestructivos y demás tristezas del ramo, pero esto es otra cosa.
Siempre me he mantenido a distancia de Joy Division. Será por lo que aquí se comenta sobre la autodestrucción, la depresión y otras hiebas. Lo que no quita que tenga su enjundia. Pero sin profundizar mucho en el asunto, por si las moscas.
Es comprensible que la imagen de Curtis y su banda no resulte agradable, pero quedémonos con lo que cuenta: las canciones. Y tienen algunas realmente memorables.
Tiene la elegancia de un cisne... Negro. Y su rostro parece arrojarse al abismo, aunque ese movimiento epileptoide distorsiona un poco ese aire de gravedad que emana el cantante, lo cual no quiere decir que el baile no me haya gustado... Yo diría que me ha gustado incluso más que la canción :)
ResponderEliminarBesos, Rick.
Másque de gravedad yo diría que hay un cierto grado de desesperación en su cara. La corta vida del enfermizo Ian Curtis fue cualquier cosa menos alegre, y eso se nota; de hecho ese baile puede ser tan baile como reflejo de su enfermedad. Y la canción, las canciones de Joy Division...Bueno, ya sabes, todo va a gustos, pero para mucha gente estamos ante una de las grandes bandas de finales de los años 70.
EliminarY tan caro...
ResponderEliminarTengo un buen amigo que es incondicional de Joy Division desde jovenzuelo y siempre me ha hablado del grupo. Me regaló el libro de Peter Hook (Unknown Pleasures) y aunque no soy fan, algunas canciones me gustan mucho y la historia del grupo -y la de Ian Curtis- me parece muy interesante.
Saludos.
Bien por tu amigo. Reconozco que a veces los Division se hacen un poco depresivos de más, pero es lógico teniendo en cuenta lo que había ahí. La historia de Curtis es un horror, y más tarde o más temprano tenía que saltar a la pantalla; el miedo era que nos vendiesen otro biopìc pastelero, que es lo más frecuente, pero no: esta vez hubo suerte y la película es bastante real, ajustada a los hechos y no excesivamente carroñera. Sabían a qué tipo de público se estaban dirigiendo.
EliminarSaludos mil.
Ian Curtis pagó caro su atrevimiento y no voy a jugar con el supuesto esteticismo de la muerte para afirmar una vez más su grandeza. En el pop sobran mártires de la estética y faltan creadores de verdad como podría haber sido él.
ResponderEliminarEl pobre era antes una víctima que cualquier otra cosa. Su enfermedad estaba diagnosticada, así que en este caso no hay pose que valga. Y aunque su período de brillo fue muy corto, Joy Division han dejado dos discos grandes y algunos singles realmente notables. No se puede pedir más.
EliminarDe acuerdo con el doctor, mucho martir. Y de dolor ya vamos todos servidos. Antes me atraìan más estos grupos, ahora como que paso.
ResponderEliminarAquí ya digo, no hay poses: Curtis era un enfermo. Y yo tampoco soy fan de los músicos depresivos, autodestructivos y demás tristezas del ramo, pero esto es otra cosa.
EliminarSiempre me he mantenido a distancia de Joy Division. Será por lo que aquí se comenta sobre la autodestrucción, la depresión y otras hiebas. Lo que no quita que tenga su enjundia. Pero sin profundizar mucho en el asunto, por si las moscas.
ResponderEliminarSaludossssssss
Es comprensible que la imagen de Curtis y su banda no resulte agradable, pero quedémonos con lo que cuenta: las canciones. Y tienen algunas realmente memorables.
ResponderEliminarSaludos y hasta la entrada siguiente...